Lobo blanco. Campeón de Arioch. Juguete de los dioses. Asesino de tu pueblo.

Siglos después de tu muerte tu leyenda y tu nombre seguirán grabados en el recuerdo...
Las reinas más hermosas del mundo se condenarán para morir por tu mano, como tu madre murió antes que ellas.

Los soberanos más poderosos caerán a tus pies y maldecirán tu nombre, como tu padre te maldijo antes que ellos.

Elric, el último Emperador de Melniboné... Llámame, maldíceme, espérame, amado, pues muy pronto estaremos juntos.

La historia de Elric de Melniboné, creación de Michael Moorcock, antihéroe por excelencia, que vio la luz por primera vez en su publicación inglesa en el año 1972, ha tenido múltiples adaptaciones al tebeo por parte de los grandes, empezando por Barry Windsor-Smith y Roy Thomas para la serie regular de Conan el Bárbaro, pasando por James Cawthorn, prácticamente padre de Elric, ya que corrió de su mano el concept art, o el aparejo visual que ayudó al autor en su escritura y que posteriormente también utilizó en sus adaptaciones al cómic como una de las más fieles; pasando por otros autores americanos de gran importancia como P.Craig Russell, Walter Simonson, Mike Mignola, Michael Gilbert... entre muchos otros.

 Sin embargo esta es la primera vez que Moorcock se moja lo suficiente como para decir que el cómic editado por Yermo Ediciones en España es el que mejor se acerca al universo real melnibonés que el autor tenía en la cabeza.

Julien Blondel es el artífice de la adaptación de los libros 1 y 2, que forman parte de la primera trilogía llamada Elric de Melniboné, en donde vemos que ha conseguido en cierta medida captar la crueldad y el desinterés de los melniboneses, así como la tensión y las luchas intestinas por el poder, la pasividad del protagonista que le llevaría a la perdición de él mismo y al carácter altivo que acabaría llevando a la destrucción de toda la isla de Melniboné.

Elric de Melniboné: el trono de rubí es una BD (bande dessinée) publicada en Francia por primera vez de mano de Éditions Glénat en el 2013 y su segundo tomo ya ha sido publicado bajo el nombre de Elric 2: Stormbringer. La edición de Yermo, que vio también la luz a finales del 2013 como una sus primeras obras como editorial, es la típica para el formato francés de 56 páginas, en cartoné cosida en pliegos de tres A3 y encolada, con páginas satinadas a color, con buena resolución de la imagen.

Para todos aquellos que estén un poco despistados con la historia, este cómic, como ya hemos dicho, adapta el primer libro de la saga y parte del segundo. En el cómic nos encontraremos el nacimiento de Elric y ya siendo emperador de Melniboné, los tejemanejes de su primo Yyrkoon para arrebatarle el trono, ya que no considera que Elric sea ni un buen rey ni que sea competente para el cargo. Este arco argumental se cierra en el libro cuando Elric invoca por primera vez a Arioch, Dios del Caos, en busca de venganza por algo que no vamos a desvelar en estas líneas.

Otro tema bastante curioso de este cómic es que normalmente vemos que los autores suelen ser dos, uno, pero nunca o muy raras veces, cuatro. Este número tan especial se debe en parte a la importancia que le han querido dar a la primera adaptación europea de la obra de Moorcock. Si como bien decíamos, la adaptación corría a cargo de Blondel, que intentó dar un aspecto nuevo  y renovado al cómic, el dibujo estaba en manos de Didier Poli. Poli es conocido en Francia por obras como Les seigneurs de Guerre o una adaptación de Le petit prince y tiene un dibujo redondeado, que según palabras de Blondel, había que oscurecer. Poli creó toda una estética muy cercana a Hellblazer para todos los melniboneses, amantes de la tortura, y creó una civilización decadente, pero a la vez muy ligada a las energías de la tierra y sobre todo, poderosa, en donde podemos verlo especialmente a través del diseño del trono de rubí en el que Elric toma asiento y nos da la bienvenida como portada del cómic.

Para ese entintado más incisivo se eligió la pluma de Robin Recht, al cual se le añadió el colorista Jean Bastide, que acabó de darle ese tono un tanto oscuro, en el que se ha buscado primar los tonos sepias y especialmente, el rojo sangre o rojo rubí del trono, o incluso el rojo de los ojos de Elric.

Elric de Melniboné: el trono de rubí es sin duda la adaptación más fiel a la estética de los libros y tiene ese toque del cómic francobelga que se aleja tanto de otras interpretaciones de autores americanos. No prima la acción en este caso, sino que se le ha querido dar la preponderancia al argumento, vestido con los diseños de esa estética a lo Clive Barker que sin duda alguna hace de este un cómic muy atractivo si te gusta la fantasía con un toque oscuro y sin ningún tipo de censura.